Una manera distinta de pensar en el liderazgo
De Goes, Ricci y Clavius: tres modelos increíbles de liderazgo.
Después de todo, ¿no son los líderes quienes dirigen a otras personas? ¿Y no son los más grandes líderes quienes dirigen a muchísimas personas?
Ninguno de los tres mencionados dirigió nunca a más de unas pocas. Durante la mayor parte de su vida de trabajo cada uno se dirigió así mismo. Que es precisamente lo que viene al caso: cada uno se dirigió a sí mismo. No rehuyeron esta tarea, la primera y la más crucial, a la cual todo líder tiene que hacer frente.
Lecciones de liderazgo provenientes de fuentes inesperadas ¿Qué hacen los líderes?
Un somero estudio de de Goes, Ricci y Clavius revela en todos ellos ciertas calidades de liderazgo.
Los líderes hacen lo siguiente:
- Están siempre enseñando y aprendiendo: Matteo Ricci dominó el idioma chino y absorbió la sabiduría de los Cuatro Libros de Confucio, introdujo su pensamiento en Europa gracias a su traducción al italiano y al mismo tiempo enseñó a sus maestros mandarines de todo, desde la geometría de Euclides hasta la astronomía y el mensaje cristiano.
- Forman hombres y mujeres "brillantes y eminentes": Christopher Clavius desafió a los estudiantes en sus clases magistrales en el Colegio Romano año tras año durante más de 40.
- Se vigorizan con la misma ambición de sus metas heroicas: de Goes recorrió millares de millas por el interior desconocido del Asia en busca de un camino a la China; Ricci puso su mira en una audiencia imperial que no lograron los europeos en tres siglos; y Clavius luchó por tener un grupo de talentos sin precedentes distribuidos por el mundo.
- Son innovadores y atacan los problemas de maneras que sus antecesores no imaginaron jamás: Ricci ideó una original estrategia para propagar el mensaje cristiano: la traducción de textos de geometría y la refacción del mapa mundi.
- Se dedican a la excelencia: Clavius produjo laboriosamente, en 800 páginas, una prueba matemática para sustentar su reforma del calendario.
- Permanecen abiertos a las ideas nuevas aun en la vejez: a los 73 años Clavius reprodujo cuidadosamente las observaciones de Galileo.
- Honran la verdad sin egoísmo: Goes reconoció francamente que no había encontrado un camino mejor para ir a la China, pese a todos sus esfuerzos personales en la empresa; Clavius apoyó las observaciones de Galileo, a sabiendas de la amenaza que planteaban para las teorías que él había defendido toda la vida.
- Influyen en los demás con el ejemplo, sus ideas y su enseñanza: Clavius inspiró a Ricci y subsiguientes astrónomos en la China, y los tres, Clavius, de Goes y Ricci, siguen influyendo hoy en los jesuitas.
El liderazgo consiste no sólo en hacer una tarea sino en saber hacerla; para todos los líderes, incluyendo a de Goes, Ricci y Clavius, esto significa influir, prever, perseverar, infundir energía, innovar y enseñar.
Ciertos supuestos han venido a dominar con el tiempo nuestros estereotipos del líder y el liderazgo:
- Que el líder es "quien está encargado": el que maneja una compañía, encabeza un gobierno, entrena un equipo o manda tropas;
- Que el liderazgo produce resultados directos y que la conducta más activa de un líder produce resultados inmediatos; y
- Que el liderazgo produce "momentos determinantes": la batalla decisiva, el campeonato deportivo, la nueva estrategia del negocio.
De Goes, Ricci y Clavius definen de una manera muy distinta quiénes son los líderes y cómo se desarrollan sus vidas. A pesar de lo exótico de sus problemas, representan un modelo de liderazgo aplicable a la vida real que todos vivimos:
- La mayoría de las personas no se ven nunca en el caso de tener que motivar ejércitos o subalternos; nos enfrentamos al problema más prosaico de de Goes: motivarnos a nosotros mismos para hacer largos viajes que a veces poco prometen.
- Rara vez se desenvuelve la vida según un plan estratégico preconcebido; el liderazgo es más bien improvisado. Los problemas se presentan, como se le presentaron a Ricci en la desconocida China, de una manera sorpresiva. No vienen con un manual de liderazgo ni se ajustan a un plan de vida, y debemos apelar a nuestro ingenio y sabiduría acumulada.
- A diferencia del general que conduce a la batalla o el entrenador que dirige a su equipo, pocos experimentan un dramático momento determinante. Nuestros "momentos" son más bien un patrón de vida tachonado de oportunidades ordinarias de producir sutiles diferencias: las enseñanzas que Clavius impartió a centenares y centenares de novicios jesuitas que pasaron por su salón de clase a lo largo de 48 años.
- Y como de Goes y Ricci y Clavius, pocos podemos discernir el impacto de nuestro liderazgo en el mundo con la claridad y certeza de una bola de billar que golpea a otra. Tenemos que contentarnos no con resultados manifiestos sino con la mera convicción personal de que nuestros actos, decisiones y opciones tienen valor.
Una compañía típica tiene relativamente pocos líderes, todos en posiciones de autoridad e influencia. Los jesuitas crearon una compañía en la cual todos los empleados eran líderes. En la compañía típica todos vuelven los ojos a sus pocos líderes en los momentos determinantes; en la Compañía de Jesús se miraban en el espejo. Además entendían que todo momento — no sólo los determinantes — era una oportunidad de producir un impacto, de hacer una vida de liderazgo.
Todos son líderes y todos pueden dirigir constantemente. En raras ocasiones los momentos de liderazgo son dramáticos y obvios; más a menudo son sutiles oportunidades que, tomadas en su conjunto, pueden formar una vida de positiva influencia. Y si esto es así, se sigue que el liderazgo más inspirado y motivado tiene que ser autoiniciado y autodirigido.
Fuente: El Liderazgo al Estilo de los Jesuitas de Chris Lowney