Jack Welch
El liderazgo requiere de conductas y actitudes bien determinadas que muchos no poseen.
Cuando alguien se convierte en líder, todo cambia. Antes de llegar a serlo, nuestro éxito depende del desarrollo personal; cuando ya lo somos, el éxito consiste en conseguir el desarrollo de los demás.
Para Jack Welch, apoyado en su prolongada experiencia como líder, existen ocho reglas para ejercer el liderazgo:
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Los líderes consiguen que su equipo mejore continuamente: aprovechan cualquier encuentro para evaluar, aleccionar y otorgar confianza a sus empleados.
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Los líderes no sólo se aseguran de que el personal entienda la visión de la empresa, sino de que la viva y la respire.
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Los líderes se meten en la piel de su personal e irradian energía positiva y optimismo.
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Los Líderes establecen la confianza mediante la sinceridad, la transparencia y el honor.
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Los Líderes tienen el valor para tomar decisiones impopulares y confían en su instinto.
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Los Líderes lo cuestionan todo insistentemente, con una curiosidad que raya en el escepticismo, para asegurarse de que sus preguntas tienen unas respuestas plausibles.
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Los líderes inspiran, con su ejemplo, la toma de decisiones arriesgadas y el aprendizaje continuado.
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Y por último, un líder siempre celebra los triunfos.
El liderazgo es un desafío en el que se entrelazan equilibrios, responsabilidades y presión.
Existen diferentes tipos de líderes: unos son tímidos, otros pedantes, analíticos o impulsivos, severos o protectores con el equipo. Sin embargo, los mejores entre ellos, son aquellos que mantienen un interés apasionado por su grupo, su desarrollo y sus conquistas.
Son personas que se sienten bien consigo mismas: realistas, sinceras, íntegras, optimistas y humanas.