Y tendrá Amigos de por Vida
Usted no tiene que ser rico, famoso o talentoso para ayudar a otros a triunfar, sólo necesita dar lo mejor de sí y preocuparse por ellos. Y debe saber esto: Cuando tenga la posibilidad de ayudar a alguien a triunfar, usted será de por vida amigo de esa persona.
Ayudar a otra persona a triunfar es uno de los mejores sentimientos del mundo. No he conocido a nadie hasta ahora que no quiera triunfar. Y todos los que conozco que han hecho un esfuerzo para ayudar a otros me han dicho que ha sido lo más gratificante de sus vidas. Tal como el poeta Ralph Waldo Emerson dijo:
«Una de las más hermosas compensaciones de esta vida es que ningún hombre puede intentar ayudar a otro sin estarse ayudando a sí mismo»
Si usted quiere ayudar a otros a triunfar, siga los siguientes pasos:
CREA EN LAS PERSONAS
Luego de una conferencia en Toledo, un hombre se acercó y me hizo una pregunta:
«¿Cómo puedo obtener resultados increíbles de una persona?»
«Tenga expectativas increíbles de esa persona», fue la respuesta.
Si usted no cree en las personas, es muy poco probable que vaya a hacer algo para ayudarles a triunfar. La gente sabe cuando alguien no cree en ellos ya que pueden ver a través del fingimiento y de las palmaditas falsas, pero cuando saben que usted cree en ellos, la magia comienza a suceder.
Lo dicho por el escritor John Spalding es cierto:
«Los que creen en nuestra habilidad hacen algo más que estimularnos. Crean una atmósfera para nosotros en la que se facilita el éxito».
DÉLES A LAS PERSONAS ESPERANZA
Un reportero le preguntó al Primer Ministro Winston Churchill, quien dirigiera a Gran Bretaña durante los difíciles momentos de la Segunda Guerra Mundial, cuál era el arma más poderosa que tenía su país en contra del régimen nazi. Sin hacer ninguna pausa, Churchill respondió:
«El arma más poderosa que Inglaterra siempre ha tenido es la esperanza».
Esperanza es una de las palabras más poderosas y dinámicas del idioma español. Nos da energía para seguir adelante en los momentos más difíciles y su poder nos llena de emoción y anticipación al mirar el futuro.
Se dice que una persona puede vivir cuarenta días sin comer, cuatro días sin agua, cuatro minutos sin aire, pero solamente cuatro segundos sin esperanza. Si desea ayudar a las personas a triunfar, debe convertirse en un proveedor de esperanza.
CONCÉNTRESE EN EL PROCESO, NO SÓLO EN EL TRIUNFO
Muchos de nosotros deseamos triunfar tanto que olvidamos lo que cuesta llegar allí. Somos como el niño que cuando juega ajedrez con su abuelo y pierde, dice:
«¡Ay no! ¡Otra vez! ¡Abuelo, tú siempre me ganas!»
«¿Qué quieres que haga, que pierda a propósito?» le responde el anciano. «Nunca aprenderás si hago eso».
A lo que el niño le contesta: «Yo no quiero aprender nada. ¡Sólo quiero ganar!»
Así es como nos sentimos muchas veces, pero vamos a ser sinceros. ¿Cuál triunfo es más satisfactorio: el fácil o el que nos costó trabajo? Cuando usted le ayude a alguien a triunfar, no le regale la meta, aun si está en su poder hacer- lo. Ayúdelo a triunfar. Si le ayuda en el proceso, no le estará dando la victoria sino que le estará dando los medios para tener victorias adicionales en el futuro. Puede triunfar una y otra vez. Y la única cosa más dulce que triunfar es triunfar muchas veces.
COMPRENDA QUE CUANDO AYUDA A OTROS A TRIUNFAR, USTED TAMBIÉN TRIUNFA
En 1984, Lou Whittaker dirigió el primer grupo totalmente estadounidense a la cima del Monte Everest. Después de varios meses de esfuerzo extenuante, cinco miembros del equipo llegaron al último campamento que se encontraba a veintisiete mil pies de altura. Les faltaban todavía dos mil más cuando se reunieron en la tienda. Whittaker tuvo que tomar una decisión difícil: Él sabía lo motivados que estaban los cinco alpinistas de llegar al punto más alto del planeta. Sin embargo, dos de ellos tendrían que volver al campamento anterior, cargar comida, agua y oxígeno, para luego regresar a donde estaban los demás. El problema era que después de esta labor de apoyo, estos dos escaladores ya no iban a tener la condición necesaria para poder llegar a la cima del monte. Los otros se quedarían en la tienda un día tomando agua, respirando oxígeno y preparándose para subir a la cima el día siguiente.
La primera decisión que Whittaker tomó fue quedarse en el campamento a los veintisiete mil pies para coordinar las actividades del equipo. La siguiente fue enviar a los dos escaladores más fuertes a recoger los suministros; esa fue la decisión más difícil. Los dos alpinistas más débiles descansarían, renovarían sus fuerzas y recibirían la gloria de la cumbre.
Cuando se le preguntó por qué no se asignó a sí mismo para llegar a la cumbre, su respuesta mostró su comprensión por las personas y la fuerza de su liderazgo.
Dijo: «Mi trabajo era hacer que otros llegaran a la cima».
Whittaker sabía que cuando las personas toman las decisiones correctas para ayudar a que un equipo alcance su objetivo, todos salen beneficiados. Nunca se pierde cuando los demás triunfan.
A todos nos gusta triunfar; y nadie triunfa sin ayuda.
«La forma más segura para saber lo bien que había jugado era ver cuánto había hecho para que mis compañeros jugaran bien».
Bill Russell - Máximo Ganador de Campeonatos de la NBA
Recuerde:
Una vez que ayude a alguien a triunfar, tendrá un amigo de por vida.
Fuente: 25 Maneras de Ganarse a la Gente - John C. Maxwell y Les Parrott, PH.D. DeGanadores les recomienda su lectura.