
La tarea de la educación es delicada porque supone, a la vez, amor y desprendimiento, dulzura y firmeza, paciencia y decisión.
¿Cuántos libros se han escrito sobre cómo educar a los hijos? ¿Cuántas veces los padres, llenos de entusiasmo y esperanza, compran este o aquel libro con el deseo de educar mejor o de atacar algún problema específico que les preocupa en la actitud de alguno de sus hijos?